No es necesario decir que hubo un sismo en México que afectó a varias entidades del centro del país. Tampoco repetir su magnitud ni los tantos números que sintetizan el daño. El hecho es que nos encontramos en un momento crítico en la historia del país. Más allá del fenómeno geográfico, México está experimentado algo que parece ser una verdadera revolución. Uno esperaría prender la televisión y ver imágenes de dolor, sufrimiento y desorden. Pero en realidad, encontramos todo lo contrario. Tenemos noticias esperanzadoras, narraciones heroicas, descripciones inauditas y muchas otras situaciones más que re-definen el ser mexicano. Lo interesante, es que todo esto no lo hemos estado viendo en televisión, sino en las redes sociales.

¿Quién diría que Facebook, Twitter e Instagram tendrían un papel tan importante en este momento? Aquí te contamos ese rol tan increíble que tiene el internet en momentos de crisis y de necesidad nacional.
Compartir es combatir
No había pasado un minuto desde que dejó de temblar, y la gente ya estaba en redes sociales compartiendo lo ocurrido. Videos de edificios colapsados, de personas saliendo de sus domicilios, estudiantes aterrados… el panorama no es el mejor. Pero el hecho es que este flujo de información fue de gran utilidad. Conocer, al instante, la magnitud de lo que había sucedido, creó una conciencia nacional pronta y eficaz que desembocó en la tremenda ayuda humanitaria que estamos viendo. La gente empezó a compartir formas de ayudar. Desde direcciones donde se necesitaba apoyo, a teléfonos de emergencia. Listas de víveres necesarios, a servicios gratuitos que la gente empezó a ofrecer por toda la ciudad.

La información es la mejor arma para combatir momentos de incertidumbre. Todo lo compartido durante, antes y después del terremoto, contribuyó a este combate. Y no sólo a eso, sino a generar confianza, tranquilidad, sentido de la responsabilidad y para inspirar a México a ayudar a México. No importa si lo que compartiste fueron teléfonos de emergencia, listas de desaparecidos, direcciones de centros de acopio, difusión del gran trabajo hecho por los voluntarios: gracias. Eres parte de la ayuda.
Todos somos México
Es importante notar que dejó de existir el «yo» en redes sociales. La gente dejó de publicar sus intereses, las empresas dejaron de correr anuncios, YouTubers dejaron de grabarse contando chistes. Todos, sin importar el número de seguidores, empezaron a contribuir a la causa.
Vale la pena recalcar el papel que jugaron las celebridades. Todos los grandes canales de YouTube mexicanos empezaron a reportar qué estaba sucediendo en la ciudad. Se creó una especie de «periodismo-documental de a pie», donde se grabó lo que sucedía en el momento. Los comentarios y entrevistas fueron dados por las personas al rededor, y esto creó conciencia de lo sucedido que inspiró a cientos a salir de sus casas y ofrecer ayuda.

Cambios hoy para mañana
Y en medio de toda esta situación y de la desinformación de los medios tradicionales, la fuerza ciudadana prevaleció. No sólo la sociedad tomó control de la situación, sino que decidió levantar la voz y expresar su inconformidad. Así nació una propuesta en Change.org dirigida al Instituto Nacional Electoral. Se pide que el dinero que se tiene presupuestado para el financiamiento de campaña de los partidos políticos se use en pro de los damnificados. Esta querella no sólo nace de una inconformidad social, sino del clamor de un país que está despertando y quiere pelear por lo justo. Tan es así, que esta petición tiene el record por el pico de tráfico más grande en la historia de la plataforma.

¿Significa esto un primer paso a una madurez política en el país? ¿Estaremos en las primeras etapas de un cambio social de magnitudes insospechadas? Y no olvidemos el punto entero de este post: ¡esto se logró a través del internet! Y aunque la ayuda verdadera está allá afuera: en los que levantan escombros, en los que llevan comida, los que van a tocar música o leerles cuentos a los niños del albergue, descubrimos que grandes cosas se pueden lograr desde un celular, tablet o computadora. Este 19 de septiembre aprendimos para qué sirven las redes sociales: para crear un mundo conectado, solidario e informado.
¿Qué sigue?
Ahora, observar. Notar el impacto de nuestras acciones en la red. Recordar este momento, recordar que el internet es una herramienta y hay que saberla usar. No olvidar a los damnificados en Puebla, en Oaxaca, en Chiapas. Mantener vivo este sentimiento que ahora hay en nuestro pecho. Mantener este nacionalismo real que nos lleva a ayudar al prójimo. Aplicar este sentir a lo más inmediato: a nuestra colonia, a nuestra comunidad. Tomar ésta como una oportunidad para empezar de nuevo. No sólo reconstruir las ciudades caídas, sino reconstruir el país.

Recordar que entonamos nuestro Himno Nacional sobre los escombros de los templos, palacios y torres derrumbados con hórrido estruendo. Recordar el escalofrío que recorre nuestra espalda cuando suena aquella pieza, y poder levantarnos con nuevos ánimos a hacer de nuestra colonia, nuestro estado, y nuestro país, un lugar mejor. Desde el internet, desde las calles, desde cualquier trinchera: hoy más que nunca, todo esfuerzo es bueno.
Nos encantará escuchar en nuestras redes sociales cómo estás contribuyendo a la causa. Recuerda también que estamos sirviendo como centro de acopio. Puedes traer víveres, material de curación y construcción a nuestras oficinas de 9hrs a 18hrs de lunes a viernes. Los víveres entregados en estas últimas fechas, han satisfecho las necesidades inmediatas de los afectados. De cualquier forma, los siguientes días y semanas también serán de necesidad. Por esto, seguir ayudando es menester. No dejemos de ser solidarios. México nos necesita.